Integrantes del CREA Pico-Quem&uacute; participaron de un viaje a Israel organizado por la consultora AZ-Group. El objetivo fue conocer el ecosistema emprendedor y el desarrollo de tecnolog&iacute;as que tiene ese pa&iacute;s, que lo ha posicionado como l&iacute;der en producciones intensivas y semiintensivas, as&iacute; como un gran exportador de tecnolog&iacute;as que son una de sus principales fuentes de ingresos. Para eso, visitaron instituciones p&uacute;blicas, p&uacute;blico-privadas y startups, al tiempo que observaron la estructura productiva del pa&iacute;s y el impacto de los sistemas de riego. <p style="text-align: center;"> Es conocido que Israel es un pa&iacute;s l&iacute;der en innovaci&oacute;n. Ahora, &iquest;qu&eacute; gener&oacute; ese proceso? La necesidad. &ldquo;Un pueblo sufrido, rodeado de pa&iacute;ses con permanentes amenazas de guerra, escaso territorio y poca agua se vio forzado a recurrir a la creatividad para solucionar sus problemas. As&iacute;, en Israel florecen las startups, apalancadas por una visi&oacute;n de largo plazo que re&uacute;ne al Estado y a la iniciativa privada para ser generadores de empresas exitosas&rdquo;, explica Jerem&iacute;as Battistoni, de AZ-Group, coordinador del viaje. &ldquo;Innovar es partir de cero, es descubrir algo nuevo y cambiar las formas de hacer las cosas. En Israel se ve n&iacute;tidamente el impacto del educaci&oacute;n y de las pol&iacute;ticas de largo plazo en ese sentido&rdquo;, analiza Battistoni. &ldquo;Hay cuatro instituciones que impulsan las innovaciones: el ej&eacute;rcito, las universidades, el gobierno y el sector privado, trabajando de manera muy coordinada en un circuito que genera tecnolog&iacute;as que se transforman en negocios a trav&eacute;s de muy buen marketing&rdquo;, a&ntilde;ade y destaca que &ldquo;la principal exportaci&oacute;n de Israel es armamento y cuestiones militares, pero la segunda es tecnolog&iacute;a, rubro que supera al turismo, ubicado en tercer lugar&rdquo;. En Israel se desarrollan startups que no generan un flujo inmediato de dinero, sino empresas con una base tecnol&oacute;gica de alto valor, que se puede vender a muchos pa&iacute;ses por su aplicaci&oacute;n global. El ejemplo m&aacute;s emblem&aacute;tico es Netafim, la empresa inventora del riego por goteo, que se vendi&oacute; en 2000 millones de d&oacute;lares; otro es Waze, la app de GPS que se utiliza en smartphones, que tambi&eacute;n surgi&oacute; de Israel y fue la base para el desarrollo de Google Maps. Logros aplicables Para entender el ecosistema israel&iacute;, los viajeros visitaron el Centro Peres por la Paz y la Innovaci&oacute;n, el Instituto de Exportaciones, el Instituto Volcani (similar al INTA argentino), el Ministerio de Agricultura y otras instituciones p&uacute;blicas y privadas. Como resultado de ese trabajo conjunto han surgido tecnolog&iacute;as disruptivas. Por ejemplo, en la producci&oacute;n de alimentos se puede mencionar la polinizaci&oacute;n artificial de frutales. Mediante mecanismos electrost&aacute;ticos, las flores son &ldquo;orde&ntilde;adas&rdquo; para extraerles el polen, que se recolecta y se utiliza para fecundar otras flores. Se busca dejar de lado la polinizaci&oacute;n con abejas -que est&aacute;n siendo objeto de maltrato animal en todo el mundo- y reemplazarlas por la mecanizaci&oacute;n de la etapa reproductiva. Esta tecnolog&iacute;a ya se est&aacute; aplicando en M&eacute;xico y se adapta a muchos sistemas productivos. Mejoramiento de Cannabis sativa Los viajeros tambi&eacute;n visitaron dos empresas de aplicaci&oacute;n de drones: una orientada al seguimiento individual de &aacute;rboles y otra especializada en hacienda, ambas con componentes de Inteligencia Artificial. Aplicar Inteligencia Artificial al an&aacute;lisis mejora los procesos, elimina el control manual de datos y permite la masificaci&oacute;n de los servicios. As&iacute;, los drones para hacienda reducen los tiempos de trabajo a campo y recorridas del productor, ya que pueden hacer conteo y seguimiento de cabezas sin su intervenci&oacute;n. Tambi&eacute;n pueden concretar un control autom&aacute;tico de la infraestructura en lo referido a aguadas, alambrados y animales con comportamiento at&iacute;pico. Drones con Inteligencia Artificial <p style="text-align: center;"> En Israel la energ&iacute;a y el agua son elementos escasos. Por esa raz&oacute;n, los viajeros visitaron plantas de generaci&oacute;n de energ&iacute;a solar y de tratamiento de residuos cloacales. &ldquo;En el pa&iacute;s se recicla el 95% del agua utilizada por medio de plantas de purificaci&oacute;n, tras lo cual se incorpora a una red para riego que abarca todo el pa&iacute;s&rdquo;, destaca Amorosi. La red abastece a los cultivos y tambi&eacute;n a las plazas de las ciudades y a las banquinas de las rutas. La necesidad de contar con agua dulce lleva a los israel&iacute;es a desalinizar la de mar, lo que les permite hoy exportar agua potable a los pa&iacute;ses vecinos. El ahorro de agua lleva a que el sistema de riego predominante en todo el territorio sea por goteo abasteciendo cultivos semiintensivos y intensivos que se desarrollan en las partes m&aacute;s des&eacute;rticas del territorio.} En agricultura extensiva, el desarrollo gen&eacute;tico los llev&oacute; a recolectar muestras de ADN en el desierto para mejorar la resistencia a sequ&iacute;a de los cultivos. Tambi&eacute;n trabajan en la reducci&oacute;n del impacto de plagas con tratamientos de aplicaci&oacute;n de ARN, con tecnolog&iacute;a similar a las vacunas del Covid 19. En Israel tambi&eacute;n est&aacute;n avanzados los desarrollos de food tech. Los viajeros visitaron dos empresas productoras de carne artificial. Una hace impresi&oacute;n de carne 3D. La m&aacute;quina imprime el bife con el marmoreado elegido utilizando un cartucho de fibras musculares y otro de grasa que se producen en forma separada, con una alta capacidad de fabricaci&oacute;n diaria. Otra empresa tom&oacute; el camino de la carne cultivada, sobre la base de la reproducci&oacute;n celular, que va armando el corte, en el que se incluye tambi&eacute;n una parte de prote&iacute;na vegetal para reducir costos. Son temas que generan interrogantes y una nueva perspectiva a la producci&oacute;n ganadera. El cambio agr&iacute;cola La agricultura en Israel es una actividad altamente desarrollada, que le permite abastecer a gran parte del consumo interno y ser un gran exportador de productos de alto valor. Es l&iacute;der mundial en tecnolog&iacute;as agr&iacute;colas a pesar de que su geograf&iacute;a no es favorable para la agricultura. S&oacute;lo el 20% de la tierra es cultivable de forma natural. Los agricultores representan el 3,7% de la fuerza laboral, pero cubren el 95% de las necesidades alimenticias de la poblaci&oacute;n. El Estado entiende al sector agr&iacute;cola como un factor estrat&eacute;gico, no solo por su aporte econ&oacute;mico, sino por pol&iacute;tica de seguridad alimenticia y como plataforma para el desarrollo de tecnolog&iacute;as de alto valor. En Israel hay dos tipos de comunidades agr&iacute;colas: los kibutz y los moshav, que fueron desarrollados por inmigrantes jud&iacute;os que llegaron de todas partes del mundo. Las tierras pertenecen al Estado y se concede la explotaci&oacute;n a privados por per&iacute;odos largos. Los usuarios est&aacute;n obligados a producir; si no demuestran eso, las pierden. Los kibutz est&aacute;n formados por grupos privados de personas afincados en una extensi&oacute;n de tierra donde instalan una comunidad de trabajo. Originalmente el sistema era socialista, con varias familias que trabajaban la tierra con agricultura, tambo y agroindustria. Algunos fueron muy exitosos y generaron una empresa millonaria como Netafim. Actualmente son privados y responsables del 30% de la producci&oacute;n agr&iacute;cola, que se complementa con los moshav, (70%), que tienen estructura m&aacute;s similar a la de una cooperativa: la tierra es administrada por un organizaci&oacute;n tambi&eacute;n formada por varias familias. Ambas formas de organizaci&oacute;n son beneficiadas permanentemente por la innovaci&oacute;n tecnol&oacute;gica. Fuente: La Naci&oacute;n