Con la asistencia del Instituto Nacional de Tecnología industrial (INTI), la empresa argentina Zafrán desarrolló una nueva línea de cereales inflados a base de harina de garbanzo, libre de octógonos, que se alcanzó a partir de la reversión de la fórmula original, y que permite seguir impulsando la industrialización de alimentos más sanos y nutritivos en Argentina. En la actualidad, la empresa trabaja en un plan de desarrollo de proveedores con foco en sustituir importaciones y promover la incorporación de ingredientes agroecológicos, orgánicos o biodinámicos para la elaboración de sus snacks. La presidenta del INTI Sandra Mayol, destacó que "apoyamos y capacitamos en forma permanente a pymes como Zafrán, que trabajan día a día para una alimentación cada vez más saludable, tanto en sus prácticas de producción como en los nuevos hábitos de consumo de la sociedad". La empresa radicada en Villa Lynch, en el partido bonaerense de San Martín, se vinculó con el INTI con diferentes propuestas de trabajo, con el objeto de optimizar el proceso de producción de los cereales inflados de la línea “Zafranito” y la adaptación de la receta de sus galletitas a la nueva ley de Promoción de la Alimentación Saludable. “Somos una empresa que tiene el propósito de transformar el mundo a través de la alimentación, la inclusión laboral, la regeneración del planeta y las personas”, señaló Mariano Anello, cofundador de Zafrán. A diferencia de otras asistencias, en este caso particular se realizó lo que se conoce como Scale Down, es decir, un escalado hacia abajo. Partiendo de la receta, se buscó reproducirla a escala piloto y luego trabajar en un nuevo proceso para que, con las modificaciones impulsadas por el departamento de Desarrollo de Nuevos Productos del INTI, el resultado final sea igual al producto inicial, y de ahí volver al escalado industrial. Según un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina (FIC), el 87% de los cereales para el desayuno que se ofrecen en el mercado contienen una cantidad excesiva de uno o más nutrientes críticos como sodio, azúcares libres o grasas. En este escenario, la empresa Zafrán propone recetas elaboradas con ingredientes orgánicos, alimentos simples y reconocibles, sin aditivos, sin colorantes ni conservantes. La directora de Asistencia Tecnológica del INTI, Mariana Sánchez, indicó que “para llevar adelante la asistencia, la empresa puso como condición perfeccionar las formulaciones sin usar paquetes tecnológicos y preservar la identidad sensorial de los productos, lo cual significó un gran desafío para el equipo profesional del instituto”. Zafrán nació en 2011 a partir del impulso de dos emprendedores que buscaban una alternativa saludable a la tradicional oferta de snacks. A partir de ello consensuaron los valores de la empresa que hoy en día siguen vigentes, y actualmente comercializan una gran variedad de productos alimenticios, entre los que se encuentran refrigerios, barra de cereales de frutos secos, galletitas y granolas, entre otros. Se trata de una Empresa B certificada, reconocida por B-Labs como una de las mejores para el mundo por su propósito de triple impacto: económico, social y ambiental. Las empresas B se caracterizan por monitorear constantemente su incidencia según una serie de indicadores estandarizados y modifican su objeto social, garantizando la continuidad de su propósito no fiduciario.