El equipo del CONICET liderado por la investigadora Patricia Risso y el investigador Dar&iacute;o Spelzini se dedica a estudiar componentes de alimentos, modificar sus estructuras y evaluarlas para otorgarles valor nutricional agregado. En el marco de esta tarea, y en b&uacute;squeda de la sustentabilidad ambiental, apuntan a recuperar subproductos que no ser&iacute;an utilizados de otra manera. Su lugar de trabajo es la Facultad Bioqu&iacute;mica y Farmacia de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), donde han formado el Laboratorio de Investigaci&oacute;n, Desarrollo y Evaluaci&oacute;n de Alimentos (LIDEA), un laboratorio mixto, especializado. En su d&iacute;a a d&iacute;a trabajan en distintas l&iacute;neas de investigaci&oacute;n; una de las cuales es el estudio de un desecho de la industria quesera: el suero l&aacute;cteo. &nbsp;En este sentido, Spelzini y su grupo realizan las pruebas necesarias para conocer el comportamiento de este efluente industrial. Al respecto, el investigador sostiene que para producir un kilo de queso se necesitan diez litros de leche y se generan nueve litros de suero l&aacute;cteo. Por este motivo, la provincia de Santa Fe, en tanto cuenca lechera, produce gran cantidad de este efluente, que contiene prote&iacute;nas que podr&iacute;an recuperarse y disminuir as&iacute; el impacto ambiental. <p style="text-align: center;"> &ldquo;El suero l&aacute;cteo tiene dos prote&iacute;nas que son nutricionalmente muy ricas, la alfa-lactoalb&uacute;mina y la beta-lactoglobulina&rdquo;, apunta Spelzini, y detalla que actualmente son utilizadas tambi&eacute;n por deportistas para aumentar la masa muscular, y en nutrici&oacute;n parenteral. &nbsp;Los especialistas destacan que con estas prote&iacute;nas es posible producir un concentrado h&uacute;medo que se puede incorporar en panes, quesos, postres, l&aacute;cteos y helados, para darles un valor nutricional agregado. Una vez logrado este concentrado h&uacute;medo, se puede utilizar, por ejemplo, en reemplazo de la leche en la producci&oacute;n de pan lactal. &ldquo;Y, adem&aacute;s, tambi&eacute;n atrae las grasas, entonces en lugar de adicionarle manteca al pan lactal, se podr&iacute;a incorporar este concentrado proteico, manteniendo las mismas propiedades que las del producto original&rdquo;, expresa Risso, dando otro ejemplo del uso de estas prote&iacute;nas presentes en el suero l&aacute;cteo. El equipo cient&iacute;fico, con m&aacute;s de 14 a&ntilde;os de antecedentes en metodolog&iacute;as de recuperaci&oacute;n de prote&iacute;nas de suero l&aacute;cteo, posee en la actualidad un convenio de Investigaci&oacute;n y Desarrollo (I+D) liderado por Spelzini, con una industria quesera de la ciudad de San Nicol&aacute;s, para la reutilizaci&oacute;n de un remanente de la producci&oacute;n de quesos mediante la implementaci&oacute;n y optimizaci&oacute;n de un protocolo para obtener un concentrado de prote&iacute;nas a partir de lactosuero: &ldquo;A ellos les queda el suero l&aacute;cteo de su producci&oacute;n, con lo cual est&aacute;n considerando aprovechar ese concentrado para incorporar a distintos productos &rdquo;, apunta el investigador, al tiempo que se&ntilde;ala que dicha articulaci&oacute;n p&uacute;blico-privada se encuentra en la etapa de &ldquo;escalado&rdquo;, es decir, de llevar el proyecto de una escala de laboratorio a una industrial. Por su parte, Risso cuenta que el laboratorio tiene instrumentos para evaluar la adici&oacute;n de estos concentrados a diversos productos, y que ya se ha ensayado su incorporaci&oacute;n en panes y en helados. Uno de estos equipos evaluadores imita lo que har&iacute;a la boca en el primer y segundo mordisco, explica. Esto permite, por ejemplo, comparar el pan que tiene incorporado el &nbsp;concentrado con un pan com&uacute;n, estableciendo par&aacute;metros en cuanto a sabor y textura del producto en boca. Del mismo modo, a trav&eacute;s de otro equipo que imita el procesamiento industrial, se eval&uacute;a la implementaci&oacute;n del protocolo para obtener el concentrado en una empresa. En esta etapa se simulan distintas situaciones que pudieran surgir para evitar impedimentos al momento de la producci&oacute;n, &ldquo;aunque siempre hay cosas que pueden surgir y que hay que solucionar all&iacute;&rdquo;. Econom&iacute;a circular Esta historia del aprovechamiento de los efluentes de la industria quesera no termina ah&iacute; porque, en un futuro cercano, se prev&eacute; complementar este ciclo. Una vez que se extraen las prote&iacute;nas del suero, queda la lactosa. Este es el mayor contaminante en el suero y es un az&uacute;car. &ldquo;Pocos microorganismos son capaces de cortar ese az&uacute;car para incorporarla, es decir para poder crecer&rdquo;, explica el investigador. &ldquo;Nosotros extraemos las prote&iacute;nas del suero l&aacute;cteo, generamos el concentrado que contamos antes para incorporarlo a diversos alimentos, pero aun as&iacute;, queda la lactosa,&rdquo; resalta Spelzini, y puntualiza que el objetivo, dirigido a un m&aacute;ximo aprovechamiento, es extraerla del suero l&aacute;cteo para hacer crecer &nbsp;gr&aacute;nulos de K&eacute;fir en &eacute;l. &ldquo;El k&eacute;fir es un consorcio de prote&iacute;nas y bacterias que puede crecer f&aacute;cilmente en la leche, pero no en el suero l&aacute;cteo, justamente por la presencia de lactosa&rdquo;, explica el cient&iacute;fico. Vinculado al aprovechamiento del k&eacute;fir, se utilizar&iacute;a el kefir&aacute;n -lo que recubre al k&eacute;fir- como &nbsp;espesante &nbsp;en la industria alimentaria. &ldquo;Por &uacute;ltimo, quedar&iacute;a un l&iacute;quido que es rico en sales, y que ya no es tan contaminante&rdquo;, concluye Risso.