La carne, el pescado y los productos l&aacute;cteos han sido durante mucho tiempo la principal fuente de prote&iacute;nas en la dieta. Sin embargo, la forma en que producimos alimentos depende en gran medida de la ganader&iacute;a intensiva y de la pesca, lo que supone una amenaza para el medio ambiente. Con el r&aacute;pido crecimiento de la poblaci&oacute;n mundial, los sistemas alimentarios necesitan alternativas que puedan ayudar a satisfacer la creciente demanda de prote&iacute;nas de manera sostenible. Aumentar la diversidad y reducir la cantidad de la prote&iacute;na que comemos ser&aacute; fundamental para alcanzar este objetivo. Las prote&iacute;nas alternativas se refieren a los alimentos no tradicionales ricos en prote&iacute;nas.&nbsp;Estos alimentos innovadores tienen como objetivo competir con los productos animales convencionales ofreciendo opciones sostenibles, nutritivas y sabrosas ricas en prote&iacute;nas. Estas son las cinco alternativas principales que se est&aacute;n desarrollando a nivel mundial para sustituir la prote&iacute;na c&aacute;rnica: 1. Prote&iacute;nas vegetales y an&aacute;logos de carne y l&aacute;cteos de origen vegetal <p style="text-align:center"> Los sustitutos de la carne y los an&aacute;logos l&aacute;cteos de origen vegetal son alimentos dise&ntilde;ados para tener el aspecto, la cocci&oacute;n y el sabor de la carne o los l&aacute;cteos, utilizando ingredientes como verduras, legumbres, cereales, nueces y semillas. Se est&aacute; utilizando tecnolog&iacute;a para hacer que las alternativas vegetales sean m&aacute;s sofisticadas, por ejemplo, algunas hamburguesas vegetales actualmente replican el efecto medio crudo de una hamburguesa normal utilizando zumo de remolacha para que parezca que tiene &quot;sangre&quot;. La ventaja de las prote&iacute;nas vegetales es que su producci&oacute;n necesita menos recursos naturales y provoca emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) significativamente m&aacute;s bajas, en comparaci&oacute;n con los animales de granja. Sin embargo, el impacto medioambiental de los productos finales depender&aacute; de otros factores como los ingredientes utilizados y las t&eacute;cnicas de procesamiento y distribuci&oacute;n. Sin embargo, que un producto sea de origen vegetal no significa necesariamente que sea saludable, ya que algunos pueden seguir teniendo un alto contenido en sal o grasas saturadas, o ser pobres en micronutrientes, que generalmente obtenemos de los alimentos de origen animal. Por lo general, el consumo de prote&iacute;nas de origen vegetal se enfrenta a una menor resistencia por parte del consumidor que otras prote&iacute;nas alternativas. Adem&aacute;s, los avances tecnol&oacute;gicos ayudar&aacute;n a mejorar el atractivo del producto y a bajar los precios, lo que podr&iacute;a animar a m&aacute;s personas a elegirlas. 2. Carne in vitro o cultivada en laboratorio <p style="text-align:center"> Para cultivar carne en un laboratorio, se recogen c&eacute;lulas madre de los animales y se a&ntilde;aden a un medio rico en nutrientes donde se multiplican y crecen hasta convertirse en tejido muscular con la ayuda de andamios.&nbsp;Al dejar de criar animales, la carne cultivada tiene como objetivo ofrecer una alternativa m&aacute;s respetuosa con el medio ambiente y &eacute;tica a la carne, sin renunciar al sabor y la textura. Pero a pesar de sus ambiciones, la producci&oacute;n actual de carne cultivada a&uacute;n se enfrenta a importantes barreras t&eacute;cnicas, regulatorias y financieras. Los m&aacute;s notables son los altos costes de producci&oacute;n y el uso de tecnolog&iacute;a de alto consumo energ&eacute;tico. Adem&aacute;s de la necesidad de mejorar el sabor y la textura de la carne cultivada en laboratorio, la industria a&uacute;n tiene que aprender c&oacute;mo hacer la transici&oacute;n de los procesos a peque&ntilde;a escala a una producci&oacute;n masiva y rentable si quiere ponerla al alcance de m&aacute;s personas a un precio razonable. Tambi&eacute;n necesitamos m&aacute;s datos sobre la calidad nutricional y la seguridad de los productos c&aacute;rnicos cultivados si queremos que los reguladores los aprueben, aunque algunos productos c&aacute;rnicos cultivados en laboratorio ya han pasado una evaluaci&oacute;n de riesgos y han sido aprobados para su venta en Singapur, por ejemplo. Si la producci&oacute;n a gran escala se vuelve factible y asequible, la aceptaci&oacute;n del consumidor ser&aacute; otro desaf&iacute;o que habr&aacute; que superar antes de que la carne cultivada se convierta en algo habitual en el mercado.&nbsp; 3. Opciones derivadas de la fermentaci&oacute;n como la micoprote&iacute;na <p style="text-align:center"> De forma similar a la fermentaci&oacute;n tradicional, en la que los microbios convierten compuestos espec&iacute;ficos en los alimentos, cambiando la textura y el sabor, la fermentaci&oacute;n de biomasa y de precisi&oacute;n utilizan microorganismos para generar prote&iacute;nas alternativas. La fermentaci&oacute;n de biomasa utiliza el r&aacute;pido crecimiento de algunos microorganismos ricos en prote&iacute;nas para producir grandes cantidades de prote&iacute;nas. Determinados organismos, desde levaduras hasta hongos filamentosos y microalgas, pueden duplicar su peso en tan solo unas pocas horas y contener m&aacute;s del 50% de prote&iacute;nas en peso seco. La biomasa microbiana resultante se puede utilizar como producto alimenticio por s&iacute; sola o como ingrediente en alimentos mezclados. Un ejemplo popular es la micoprote&iacute;na, que utiliza la fermentaci&oacute;n para cultivar hongos filamentosos que se emplean para crear sustitutos de la carne. La fermentaci&oacute;n de precisi&oacute;n introduce secuencias de genes de prote&iacute;nas animales en organismos como la levadura, que utilizan estas &quot;instrucciones de producci&oacute;n&quot; para generar grandes cantidades de las prote&iacute;nas objetivo. Las prote&iacute;nas resultantes se mezclan con otros ingredientes (como las grasas de origen vegetal) para crear productos sin la necesidad de animales con el objetivo de competir con la carne, mariscos, huevos y productos l&aacute;cteos. Actualmente, algunas empresas europeas y estadounidenses utilizan la fermentaci&oacute;n de precisi&oacute;n para producir prote&iacute;nas de huevo, prote&iacute;nas l&aacute;cteas y mioglobina, una prote&iacute;na que se encuentra en la carne responsable de su sabor y aroma &uacute;nicos.&nbsp; Una ventaja de la fermentaci&oacute;n es la capacidad de crear texturas fibrosas que se acercan m&aacute;s a las de las carnes enteras y que suelen ser dif&iacute;ciles de reproducir. A&uacute;n as&iacute;, la producci&oacute;n a gran escala se encuentra en una etapa inmadura y ambos procesos a&uacute;n deben ser m&aacute;s rentables, adem&aacute;s de cumplir con la normativa sobre seguridad alimentaria. Esto podr&iacute;a lograrse mejorando y explorando nuevas cepas de microorganismos y mejorando el dise&ntilde;o de los biorreactores utilizados en la producci&oacute;n. 4. Insectos comestibles <p style="text-align:center"> A pesar de ser una tradici&oacute;n en otros pa&iacute;ses, los insectos en el caso de Eurpoa por&nbsp;ejemplo se consideran nuevos alimentos y necesitan la aprobaci&oacute;n de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria antes de que se puedan comercializar. Hay cuatro especies cuya venta est&aacute; autorizada legalmente en Europa: la langosta migratoria, el grillo dom&eacute;stico, el gusano amarillo de la harina y el gusano menor de la harina. Algunos de ellos ya se utilizan para fabricar barras de prote&iacute;nas, harinas y otros productos que se pueden encontrar en las estanter&iacute;as de los supermercados. Insectos como los grillos, los saltamontes y las langostas pueden tener hasta un 61% de prote&iacute;na en peso seco, lo que los convierte en candidatos id&oacute;neos para enriquecer alimentos y piensos. Una de las mayores ventajas de los insectos es que se reproducen con rapidez y necesitan menos alimento que otros animales. Tambi&eacute;n pueden alimentarse con flujos secundarios org&aacute;nicos (desde esti&eacute;rcol hasta residuos de alimentos), lo que reduce la contaminaci&oacute;n y los costes de producci&oacute;n.10 Sin embargo, comer insectos no est&aacute; exento de riesgos, ya que algunos pueden tener el potencial de desencadenar reacciones al&eacute;rgicas similares a las observadas en los mariscos. La aceptaci&oacute;n por parte de los consumidores ser&aacute; una barrera importante para superar si los insectos se introducen con &eacute;xito en las dietas de la poblaci&oacute;n, ya que muchos consumidores a&uacute;n no est&aacute;n dispuestos a probar de comer insectos. 5. Algas <p style="text-align:center"> La familia de las algas incluye macroalgas (algas marinas) y microalgas, que se han se&ntilde;alado como fuentes clave de prote&iacute;nas alternativas para un sistema alimentario sostenible y la seguridad alimentaria mundial.&nbsp;En particular, las microalgas est&aacute;n ganando terreno como ingredientes competitivos ricos en prote&iacute;nas para alimentaci&oacute;n humana y animal. Las microalgas son microorganismos, generalmente formados por una sola c&eacute;lula, que se multiplican r&aacute;pidamente en una biomasa rica en nutrientes, utilizando agua, luz y una fuente de nutrientes, como el di&oacute;xido de carbono. Son conocidos por su alto contenido en prote&iacute;nas. Especies como la espirulina pueden tener hasta el 70% de su masa seca como prote&iacute;na y la calidad de la prote&iacute;na de especies como la C. vulgaris y la A. platensis es comparable a la de la soja. Adem&aacute;s, su producci&oacute;n puede contribuir a una econom&iacute;a circular, ya que tienen el potencial de crecer en aguas residuales y alimentarse de diferentes residuos org&aacute;nicos o corrientes secundarias (como residuos de alimentos, subproductos del procesamiento de alimentos o di&oacute;xido de carbono del aire). Actualmente, al menos 30 pa&iacute;ses producen alg&uacute;n tipo de microalgas y la investigaci&oacute;n est&aacute; ayudando a la industria a dar el salto de peque&ntilde;a a gran escala.&nbsp;Los obst&aacute;culos incluyen los altos costes de producci&oacute;n y los requisitos de energ&iacute;a, as&iacute; como la necesidad de t&eacute;cnicas de cultivo y procesamiento m&aacute;s eficientes.&nbsp;Los investigadores tambi&eacute;n est&aacute;n trabajando en la creaci&oacute;n de ingredientes que tengan un color menos fuerte (verde) y un sabor marino, con el fin de aumentar la aceptaci&oacute;n de los consumidores de alimentos enriquecidos con microalgas. Conclusiones Los an&aacute;logos de la carne de origen vegetal, la carne cultivada, los productos microbianos, los insectos comestibles y las algas tienen el potencial de ofrecer fuentes de prote&iacute;nas m&aacute;s sostenibles para ayudar a reemplazar las convencionales en los alimentos y piensos. Sin embargo, los impactos en la salud, la seguridad y el medio ambiente de los diferentes alimentos depender&aacute;n en &uacute;ltima instancia de los ingredientes utilizados, las t&eacute;cnicas de producci&oacute;n y procesamiento, as&iacute; como fel contexto en el que se a&ntilde;adan a la dieta. &nbsp; Te invitamos a leer m&aacute;s art&iacute;culos en:&nbsp;https://www.redalimentariafoodtech.com/