En un mundo cada vez m&aacute;s habitado, la producci&oacute;n de alimentos gana protagonismo y plantea nuevos desaf&iacute;os. As&iacute; es que alimentar a 8.000 millones de habitantes requiere de alternativas que se sumen a las ya conocidas. Para esto, las fuentes de prote&iacute;nas de alta calidad nutricional ocupan un rol transcendental. Incluso, la Organizaci&oacute;n de las Naciones Unidas para la Alimentaci&oacute;n y la Agricultura (FAO, por sus siglas en ingl&eacute;s), promueve la inclusi&oacute;n de insectos en las dietas por sus beneficios nutricionales, socioecon&oacute;micos y ambientales. En un informe reconoce que &ldquo;una de las muchas v&iacute;as para abordar la seguridad de alimentos y piensos es a trav&eacute;s de la cr&iacute;a de insectos&rdquo;. En esta misma l&iacute;nea, un equipo de investigaci&oacute;n del INTA y el INTI desarroll&oacute; prototipos de alimentos utilizando entre un 10 y en 20 % de grillo en polvo. Este novedoso ingrediente es una fuente alternativa y sustentable de alimentaci&oacute;n con un alto aporte nutricional. Gabriela Gallardo, directora del trabajo e investigadora en el Instituto de Tecnolog&iacute;a de Alimentos del INTA, se&ntilde;al&oacute; que &ldquo;entre estos prototipos, ya hicimos panificados, barras de cereales y logramos elaborar pastas que cuentan con un alto contenido de prote&iacute;nas, seg&uacute;n las normas de rotulado nutricional del C&oacute;digo Alimentario Argentino (CAA)&rdquo;. Para esta investigaci&oacute;n se utilizaron grillos de la especie Gryllus assimilis, los cuales fueron provistos por una empresa privada. Las muestras fueron secadas, molidas y tamizadas hasta obtener un polvo de caracter&iacute;sticas similares a las de la harina de trigo. &nbsp; <p style="text-align: center;"> Los fideos frescos tipo &ldquo;rigatoni&rdquo; se trabajaron con dos tipos de masa: una tradicional a partir de una mezcla de harina integral y harina 000; y un reformulado que reemplaz&oacute; en un 18 % la mezcla anterior con grillo en polvo. &ldquo;La masa cruda con polvo de grillos present&oacute; un aumento en el contenido de prote&iacute;nas de un 30.8 %&rdquo;, se&ntilde;al&oacute; Ver&oacute;nica Chamorro, investigadora en el Instituto de Tecnolog&iacute;a de Alimentos del INTA. Ambas masas mantuvieron la misma cohesi&oacute;n y caracter&iacute;sticas de amasado, r&iacute;gida pero manejable y con una diferencia notoria de color. Luego de su cocci&oacute;n, ambas mantuvieron la forma, sin aglutinamiento y con el sabor caracter&iacute;stico de la pasta integral. &ldquo;Tecnol&oacute;gicamente fue posible obtener una pasta fresca con alto contenido proteico, utilizando una fuente alternativa y sustentable de acuerdo con los requerimientos de la FAO&rdquo;, confirm&oacute; Gallardo. Asimismo, la especialista subray&oacute; la importancia de &ldquo;buscar fuentes alternativas de nutrientes obtenidos por sistemas sostenibles&rdquo; y ponder&oacute; la producci&oacute;n de insectos para consumo humano o animal, dado su bajo impacto ambiental y alto nivel proteico. En esta l&iacute;nea, el INTA realiz&oacute; una encuesta entre los consumidores que indic&oacute; que &ldquo;m&aacute;s del 60 % de los consumidores encuestados aceptar&iacute;a el uso de polvo de insectos como ingrediente en un alimento&rdquo;. Para Pablo Mor&oacute;n, director de Agregado de Valor y Gesti&oacute;n de Calidad de la Secretar&iacute;a de Agricultura, Ganader&iacute;a y Pesca de la Naci&oacute;n, &ldquo;estos desarrollos ponen de manifiesto la necesidad de avanzar hacia fuentes alternativas de nutrientes y plantean a la industria de alimentos desaf&iacute;os que implican nuevos desarrollos y la necesidad de ganar la aceptaci&oacute;n de los potenciales consumidores&rdquo;. En esta l&iacute;nea, Mor&oacute;n reconoci&oacute; que &ldquo;la cr&iacute;a de insectos para consumo humano est&aacute; generando inter&eacute;s en el sector agroalimentario de distintos pa&iacute;ses. En los &uacute;ltimos a&ntilde;os se observa una creciente oferta de productos a base de insectos&rdquo;. De todos modos, record&oacute; que &ldquo;si bien los establecimientos de cr&iacute;a de insectos para consumo animal est&aacute;n regulados por SENASA, en nuestro pa&iacute;s no existe todav&iacute;a un marco normativo que regule la cr&iacute;a ni la producci&oacute;n y comercializaci&oacute;n de insectos y sus derivados para consumo humano&rdquo;. Destac&oacute; la importancia de la creaci&oacute;n de ese marco en el C&oacute;digo Alimentario Argentino, resaltando que &ldquo;debe asegurar la genuinidad de los insectos y sus derivados y por sobre todo establecer criterios que aseguren la inocuidad&rdquo;. Insectos, fuente de alimento &ldquo;Los insectos, junto con las algas y los hongos, contribuir&aacute;n a la alimentaci&oacute;n del futuro&rdquo;, asegur&oacute; Mor&oacute;n. Es que, seg&uacute;n detall&oacute;, &ldquo;algunas especies de insectos contienen una proporci&oacute;n de prote&iacute;na notablemente superior a la de otros alimentos ampliamente consumidos&rdquo;. Y, para referirse a las ventajas productivas, cit&oacute; el documento de FAO: &ldquo;Los insectos pueden criarse en todas partes, se reproducen r&aacute;pidamente y poseen tasas elevadas de crecimiento y conversi&oacute;n de piensos, adem&aacute;s de un reducido impacto ambiental durante su ciclo de vida. Son nutritivos, ya que contienen niveles elevados de prote&iacute;nas, grasas y minerales&rdquo;. &ldquo;Adem&aacute;s, pueden consumirse enteros o molidos, en forma de polvo o pasta, e incorporarse a otros alimentos. El uso de insectos a gran escala como ingrediente en la composici&oacute;n de piensos es t&eacute;cnicamente viable&rdquo;, reconoce el informe. A su vez, el documento de la FAO subraya los beneficios de car&aacute;cter ambiental, sanitario y para los medios sociales del uso de insectos como alimento y para la fabricaci&oacute;n de piensos. &nbsp;