Especialistas del CONICET en el Instituto de Biolog&iacute;a Molecular y Celular de Rosario (IBR, CONICET-UNR) y el Instituto de Procesos Biotecnol&oacute;gicos y Qu&iacute;micos de Rosario (IPROBYQ, CONICET-UNR) lograron dise&ntilde;ar y sintetizar una enzima fosfolipasa C termoestable, que podr&iacute;a brindar a nivel industrial la posibilidad de realizar el proceso de &ldquo;desgomado&rdquo; -necesario para el refinamiento de aceites vegetales comestibles- de manera m&aacute;s eficiente y econ&oacute;mica. Los resultados publicados recientemente en la revista Biochemistry demuestran que la nueva enzima puede resistir temperaturas de hasta ochenta grados Celsius, manteniendo su actividad por m&aacute;s tiempo y superando a sus an&aacute;logas hasta ahora disponibles. La investigaci&oacute;n representa un caso de vinculaci&oacute;n tecnol&oacute;gica exitoso entre CONICET y el sector productivo articulado a trav&eacute;s de la empresa Keclon. <p style="text-align: center;"> Seg&uacute;n expresa Rodolfo Rasia, director del laboratorio de Biof&iacute;sica del reconocimiento molecular en el IBR e investigador del CONICET: &ldquo;Este trabajo tiene un mont&oacute;n de ciencia b&aacute;sica detr&aacute;s. Hace diez a&ntilde;os que estudiamos este tipo de enzimas, me fascina mi trabajo y cuando ese entusiasmo puede canalizarse en algo que adem&aacute;s resulte &uacute;til, es muy gratificante&rdquo;. Por su parte, en IPROBYQ &ldquo;casi todas las l&iacute;neas de investigaci&oacute;n tienen un fin social o industrial&rdquo;, afirma Diego Val, quien realiz&oacute; sus estudios de doctorado con este trabajo en IPROBYQ con una beca del CONICET, y reconoce: &ldquo;Es usual que existan estas colaboraciones con profesionales que vienen de la ciencia b&aacute;sica, porque para intentar dar soluciones a estas problem&aacute;ticas es necesaria la visi&oacute;n de cient&iacute;ficos y tecn&oacute;logos&rdquo;. De las plantas a la sart&eacute;n Los aceites de cocina se producen a partir de semillas o frutos. En Argentina el podio de la producci&oacute;n lo ocupan las semillas de soja, superando los cuatro millones de toneladas exportadas el pasado a&ntilde;o. En cuanto a los frutos, las aceitunas colocan al pa&iacute;s como el principal productor y exportador de aceite de oliva de Suram&eacute;rica con unas cuarenta mil toneladas anuales. &ldquo;El aceite se obtiene a partir del prensado y extracci&oacute;n de las semillas&rdquo; indica Rasia, y explica: &ldquo;De la mezcla obtenida se separa una fase compuesta principalmente por triglic&eacute;ridos &ndash;la mol&eacute;cula grasa m&aacute;s abundante en los organismos vivos- pero tambi&eacute;n contiene otro tipo de mol&eacute;culas llamadas fosfol&iacute;pidos &ndash;una mol&eacute;cula grasa que forma parte de las membranas celulares- que es importante remover para obtener el aceite refinado. El proceso para eliminarlas se conoce como desgomado&rdquo;. La forma m&aacute;s com&uacute;n de realizar este proceso consiste en mezclar el aceite con agua y someter la mezcla a ochenta grados durante treinta minutos. De la emulsi&oacute;n que se genera luego se separan dos fases, una acuosa que arrastra a los fosfol&iacute;pidos y una fase superior menos densa que es el aceite desgomado. &ldquo;El 90 % de la industria argentina realiza el proceso de desgomado solamente con agua, sin enzimas&rdquo;, afirma Diego Val, y aclara que la adici&oacute;n de fosfolipasa al proceso puede aumentar el rendimiento de la planta de refinamiento hasta un 2,5 por ciento. &iquest;De d&oacute;nde proviene ese aceite extra? Para entender este punto se deben conocer algunas particularidades sobre la estructura de los fosfol&iacute;pidos. La mol&eacute;cula est&aacute; formada por una parte hidrof&iacute;lica, que interact&uacute;a con el agua, unida a otra parte formada por dos &aacute;cidos grasos (o sea, aceite) que no se mezcla con el agua, por ello se la denomina hidrof&oacute;bica. Entonces, cuando se realiza el proceso de desgomado, el agua interact&uacute;a con la parte hidrof&iacute;lica de la mol&eacute;cula y eso hace que toda la mol&eacute;cula, incluyendo las cadenas de l&iacute;pidos, sea &ldquo;arrastrada&rdquo; hacia la fase acuosa. La enzima fosfolipasa C es una prote&iacute;na que pueden realizar un corte preciso en la mol&eacute;cula del fosfol&iacute;pido y separar la parte hidrof&oacute;bica de la hidrof&iacute;lica, por lo que &ldquo;usando estas enzimas en el proceso de desgomado permite recuperar aceite que de otra manera se perder&iacute;a&rdquo;, asegura Val. Entonces &iquest;porque no se adicionan siempre en este proceso? El problema hasta ahora es que las fosfolipasas no resisten a temperaturas elevadas como las que se usan durante el desgomado, por lo que luego de hacer la extracci&oacute;n a alta temperatura, hay que enfriar la mezcla para poner las enzimas, esperar que act&uacute;en y despu&eacute;s volver a subir la temperatura. Seg&uacute;n explica Rasia: &ldquo;Esto implica tres cosas: primero, un mayor gasto energ&eacute;tico para subir y bajar la temperatura, segundo, que para poder hacerlo se necesita un sistema de intercambio de calor, que significa una importante inversi&oacute;n en infraestructura para la planta de refinamiento, y tercero, que se triplica el tiempo que tarda en realizarse el proceso&rdquo;. Por ello, Hugo Menzella, Mar&iacute;a Eugenia Castelli y Salvador Peiru, fundadores de la empresa Keclon, eran conscientes del impacto que podr&iacute;a tener la producci&oacute;n de una foslipasa C termoestable y le propusieron a Rasia colaborar en esta b&uacute;squeda. Keclon es una de las primeras empresas argentinas de biotecnolog&iacute;a formada por investigadores del CONICET que se dedica al desarrollo y comercializaci&oacute;n de enzimas para la industria. La mejor por consenso Las enzimas son estructuralmente prote&iacute;nas, es decir, que est&aacute;n formadas por una concatenaci&oacute;n espec&iacute;fica de unidades m&aacute;s peque&ntilde;as llamadas amino&aacute;cidos. El cambio de tan solo uno de ellos puede alterar propiedades fundamentales de la enzima, como la estabilidad de su estructura 3D o su funci&oacute;n. Para hacer una fosfolipasa C se necesitan 245 amino&aacute;cidos, pero &iquest;cu&aacute;les podr&iacute;an determinar que resista altas temperaturas? Para dise&ntilde;ar una nueva variante de esta enzima, Rasia y su equipo utilizaron una aproximaci&oacute;n metodol&oacute;gica que se conoce como secuencia consenso. Para ello buscaron en m&aacute;s de mil secuencias de fosfolipasa C pertenecientes a distintas especies de bacterias. &ldquo;Realizando un alineamiento de todas las secuencias, se busca para cada una de las 245 posiciones de amino&aacute;cido cual es el m&aacute;s frecuente entre todas las secuencias y ese es el elegido para esa ubicaci&oacute;n en el dise&ntilde;o de la secuencia consenso&rdquo;, detalla Rasia. De esta forma, fueron definiendo uno a uno, la secuencia de amino&aacute;cidos para la s&iacute;ntesis de una nueva versi&oacute;n de la enzima fosfolipasa C. Luego deb&iacute;an someterla a m&uacute;ltiples ensayos para evaluar y comparar su performance con algunas de las variantes naturales. &ldquo;Probamos distintas temperaturas y llegamos a los ochenta grados que se usan en el proceso de desgomado acuoso&rdquo;, cuenta Val y revela: &ldquo;Encontramos que nuestra fosfolipasa es sustancialmente m&aacute;s estable a la temperatura que todas las otras, esto hace que siga activa a mayor temperatura y durante m&aacute;s tiempo&rdquo;. Con estos datos alentadores de los estudios in vitro, se realizaron pruebas a mayor escala que tambi&eacute;n dieron buenos resultados. Ahora Keclon se encuentra optimizando varios aspectos para su producci&oacute;n porque &ldquo;se tiene que poder producir a gran escala y con un costo adecuado para la industria&rdquo;, aclara Rasia. La base est&aacute; Para Rasia y su equipo el trabajo no terminaba all&iacute;, pues les desvelaba poder entender por qu&eacute; esta nueva secuencia de fosfolipasa C pod&iacute;a funcionar a temperaturas tan elevadas. Seg&uacute;n expresa Rasia: &ldquo;Entender por qu&eacute; funcion&oacute; -ciencia b&aacute;sica- es importante, para que la pr&oacute;xima vez que se necesite algo similar no sea una loter&iacute;a encontrarlo, que la b&uacute;squeda sea direccionada y m&aacute;s eficiente&rdquo;. La biotecn&oacute;loga Luisina Di Nardo, es autora del trabajo y becaria del CONICET. Como parte de su tesis doctoral estudi&oacute; los aspectos biof&iacute;sicos que determinan c&oacute;mo se arma el sitio activo de la fosfolipasa C y c&oacute;mo la enzima se une al co-factor indispensable para su funcionamiento, el elemento zinc. &ldquo;Vimos que, ante la falta de zinc, la enzima dise&ntilde;ada por consenso es m&aacute;s estable que sus an&aacute;logas nativas. O sea que hay una estabilidad que est&aacute; dada por el propio plegamiento de la prote&iacute;na y no por su uni&oacute;n al zinc&rdquo;, cuenta Di Nardo. Adem&aacute;s, encontraron que la nueva enzima presenta otra caracter&iacute;stica inesperada que la distingue de las dem&aacute;s: &ldquo;Sab&iacute;amos que, sometidas a temperaturas elevadas, las enzimas nativas se despliegan irreversiblemente, pero vimos que en nuestra enzima consenso el proceso de desplegado es parcialmente reversible. Se desarma y cuando la temperatura baja se vuelve a armar. Pensamos que lo que probablemente ayude a su mejor rendimiento en aceite a alta temperatura es que justamente cuenta con esta reversibilidad, de manera que siempre hay enzimas activas&rdquo;, revela Rasia. Con el fin de identificar a los amino&aacute;cidos claves para estas respuestas, sintetizaron variantes de la enzima consenso que conten&iacute;a cambios puntuales de amino&aacute;cidos. Sin embargo, vieron que cualquiera de las modificaciones provocaba la p&eacute;rdida de estabilidad a temperaturas elevadas. &nbsp;&ldquo;No podemos explicar las caracter&iacute;sticas en la enzima consenso por uno de esos amino&aacute;cidos, sino por la ocurrencia de todos y la generaci&oacute;n de un efecto cooperativo entre ellos que afecta a la prote&iacute;na en general&rdquo;, concluye Val. Por su parte Rasia reflexiona: &ldquo;Es una peque&ntilde;a contribuci&oacute;n la nuestra, pero tiene un mont&oacute;n de ciencia b&aacute;sica detr&aacute;s y genera conocimiento que permite proyectar hacia adelante, optimizar, simplificar y conocer en profundidad estos procesos&rdquo;.