Otros Ingredientes • CONSUMIDOR

El futuro de la nutrición positiva y sus retos

Ahora se está dando una prioridad sin precedentes a abordar los problemas de salud humana relacionados con la dieta para mejorar lo que comemos y cómo lo hacemos y construir un futuro con una población sana y productiva. 

  • 13/06/2024 • 00:00

Fuente: Carl Quash, director de la industria de alimentos envasados de Euromonitor International 

La relación de los consumidores con la dieta está en constante cambio. Y, en cierto modo, así debería ser. La sociedad se ha adaptado a una era en la que los avances tecnológicos han elevado la demanda de una alimentación cómoda y semiconsciente. Si a esto le sumamos un mayor acceso y disponibilidad de calorías para las personas con un estatus socioeconómico favorable, surgen verdaderos problemas de salud.

Los problemas macro no pueden tener soluciones micro

La creciente preocupación por la nutrición se puede entender fácilmente a través de las estadísticas sanitarias. A nivel mundial, el número de personas con sobrepeso y obesidad ha ido aumentando durante más de una década.

En la actualidad, el 45% de la población adulta tiene sobrepeso o es obesa y se prevé que esta cifra siga aumentando hasta afectar a una de cada dos personas en la próxima década.

Además, la prevalencia de la diabetes, el colesterol alto y otras enfermedades relacionadas con la desnutrición está aumentando. Actualmente se está prestando mucha atención a las grasas saturadas, el azúcar y la sal. Estos nutrientes son objetivos principales de las políticas nutricionales, la preocupación de los consumidores y la reformulación de los alimentos en la actualidad.

Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) esbozan recomendaciones de consumo teniendo en cuenta al consumidor medio. En el caso del azúcar y las grasas saturadas, la guía es de menos del 10% de la ingesta energética total, lo que se traduce en no más de 50 g diarios para una dieta de 2.000 calorías, que es en lo que suelen basarse las etiquetas nutricionales. En cuanto al sodio, la OMS recomienda menos de 2 g diarios. Sin embargo, en 2023, el consumo medio mundial de grasas saturadas, azúcar y sal combinados solo en el comercio minorista fue de 84 g diarios per cápita. Esto supuso un aumento con respecto a 2022, y se espera que el consumo futuro crezca alrededor de un 2% anual. Los países ya han respondido con una legislación que proporciona educación al consumidor sobre los envases y limita las actividades promocionales. Y aunque los fabricantes de alimentos y bebidas envasados ??también han realizado esfuerzos, como la reducción del sodio del 98% lograda por los nuevos productos de los fabricantes de snacks de frutas en Asia Pacífico, siguen existiendo oportunidades para seguir transformando los productos y permitir el acceso de los consumidores a opciones nutricionalmente sólidas.

El Gráfico muestra las mayores reducciones por subcategoría/región en azúcar, grasas saturadas y sal: 2018-2023

La dieta ideal está a un dólar, un minuto y una pizca de sabor de distancia

Más allá de los macro y micronutrientes específicos, otro desafío para cumplir con las prioridades nutricionales sigue siendo la forma en que vivimos nuestras vidas. Atrás quedaron los tiempos en que preparar una comida elaborada para la cena era la norma todas las noches. Y la idea de "dietas" personalizadas que permitan un mayor control del camino hacia la salud está reemplazando los conceptos tradicionales. Además de las razones religiosas y clínicas, la gente hace dieta simplemente para sentirse mejor.

Si bien la mayoría de los consumidores dicen que saben lo que es bueno para ellos, uno de cada dos todavía califica sus hábitos alimentarios como neutrales e incluso poco saludables, y los factores clave, como el costo, el tiempo y las preferencias, se interponen en el camino de la dieta ideal.

En 2023, el 40% de los consumidores afirmó que le gusta comer alimentos nutritivos pero baratos, según la encuesta Voice of the Consumer: Health and Nutrition de Euromonitor International (realizada en febrero de 2023). Tras el pico de la crisis del coste de la vida, las opciones nutricionales positivas se están viendo perjudicadas debido a que suelen tener precios más elevados. Además, el valor de lo hecho en casa sigue connotando un mayor valor nutricional, pero las vidas más ocupadas de los consumidores ahora hacen que parezca una pérdida de tiempo tener que apartarse de otras prioridades de la vida. Las personas sienten adicción al cortisol, o una obsesión por estar constantemente en movimiento, y hacen malabarismos constantemente entre necesidades y deseos, recurriendo a opciones alimentarias que son más convenientes, sabrosas o sencillas. Sin embargo, el factor determinante final para sortear los momentos y las elecciones de comida apresurada deberían ser las prácticas alimentarias intuitivas (es decir, escuchar las señales de uno mismo y actuar en función de las necesidades del cuerpo). En definitiva, los estilos de vida acelerados y más costosos son la nueva realidad que debe tenerse en cuenta a la hora de crear mejores estándares de nutrición. ¡Ah, y nunca olvidemos el sabor!

Cómo avanzar en las prioridades nutricionales

Independientemente de si los productores de alimentos están preparados o no, las políticas nutricionales para restringir el consumo de ingredientes (por ejemplo, colorantes artificiales como el colorante rojo 40) están en camino y en aumento. Desde 2019, la encuesta Voice of the Consumer: Lifestyles de Euromonitor International ha registrado un número cada vez mayor de consumidores que dicen que estarán más sanos en el futuro; el 51% ahora tiene una opinión positiva sobre el futuro de su salud, lo que respalda la demanda de alimentos más saludables. Los actores pueden y deben adelantarse al futuro de la nutrición alineándose con las principales pautas de salud mundial y evaluando el progreso con datos y perspectivas procesables.

Las formas de seguir impulsando el futuro de la nutrición positiva incluyen:

  • Evaluar el atractivo de las recetas y planificar cómo adelantarse a la legislación.
  • Promocionar variedades nutricionales más económicas, iguales o casi iguales a las tradicionales.
  • Posicionar las opciones más convenientes para para satisfacer la demanda actual de combustible rápido.
  • Enfatizar la calidad nutricional y orientar a los consumidores hacia opciones nutricionalmente acertadas en el envase.